Termómetro vino y alimentos con sonda
En la cocina es importante el control de la temperatura: la de los ingredientes antes de empezar a elaborar una receta, la temperatura a que se pone el horno, y la temperatura en la que un alimento alcanza su punto exacto de cocción, son tan importantes como la técnica utilizada y realzarán o deteriorarán los ingredientes.
Recuerde que un termómetro no solo le ayuda a alcanzar el punto deseado en sus platos, también le asegura la higiene de sus alimentos. Aunque las temperaturas que se alcanzan al cocinar normalmente son suficientes para eliminar los microrganismos, no siempre el cambio de color o textura de un alimento cocinado garantiza que se hayan alcanzado temperaturas de seguridad: los alimentos cocinados deben superar los 70-75ºC para evitar la contaminación por microrganismos, especialmente en alimentos de riesgo alimentario como carnes, aves o huevos; las sobras también deben calentarse en temperaturas de higienización, por encima de 70ºC. Por otro lado, el deseo de cocinar a temperaturas de seguridad a veces lleva a aplicar calor excesivo, perdiendo ternura y jugosidad, e incluso nutrientes.
La sonda de este termómetro para vino y alimentos le permitirá controlar la temperatura utilizándolo un poco antes de que finalice el tiempo de cocción estimado para verificar las temperaturas finales alcanzadas; no lo utilice dejándolo dentro del horno.
Además, el diseño de este termómetro para vino y alimentos con sonda se adapta perfectamente a la medición de la temperatura de sus vinos, colocándolo en la boca de la botella como un tapón. Recuerde que para potenciar y disfrutar las cualidades de un vino debe consumirse a la temperatura adecuada. De forma orientativa se estima que la temperatura adecuada para tintos es de 16 a 18ºC, un poco superior para grandes añadas (20ºC); para tintos jóvenes, de 12 a 15ºC; para blancos 6 a 10ºC, dependiendo de si son secos, dulces…; rosados entre 5-7ºC; y para espumosos y vinos de aguja, de 6 a 8ºC.
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